La experimentación: clave para una empresa innovadora
Hace unas cuatro décadas las empresas en Occidente eran sacudidas por la creciente competencia de sus pares en Japón: la variedad y la calidad de los productos de las empresas niponas se hacía cada vez más evidente: desde Sony hasta Toyota representaron la imagen de un país que demostró una capacidad de recuperación sin precedentes, después de la 2ª Guerra mundial.
Hoy, la historia se repite, pero en esta oportunidad son los EEUU quienes lideran el movimiento de innovación: esta vez, no sólo en manufactura, sino, en particular, en servicios: apalancados por productos y servicios innovadores en el sector de las TIC y la WEB.
Pero estos fenómenos no son independientes: en realidad, ambos se originan en la misma metodología, y así lo reconoce Eric Ries en su libro “Lean Startup”. La base de las mejoras continuas y de la innovación se puede trazar a la capacidad de experimentar con propuestas de valor y de enfocarse en estudiar y entender los problemas de clientes y usuarios potenciales.
Ni el fenómeno conocido en Occidente como Calidad Total ni el que ahora conocemos como la metodología “Lean” reemplazan las mentes que crean productos y servicios disruptivos, sin embargo; ambas aprovechan el capital humano disponible -en cualquier organización- y nos permiten validar, en una etapa temprana de desarrollo, el potencial de utilidad y de beneficio económico de una propuesta. Esta es la ventaja comparativa que adquiere una empresa que promueve y premia la creatividad e innovación de su capital humano.
Una vez reconocida la oportunidad que representa un ciclo de mejoramiento continuo de propuestas de valor, es recomendable pensar en el diseño de un espacio ideal para “experimentar” con las ideas: sometidas por los responsables de mercadeo, ventas, diseño de productos, desarrolladores de software… pero también, de RRHH, Legal, Finanzas, y el resto del personal con responsabilidades de administración en la empresa. Si la empresa cuenta con un departamento de Investigación y Desarrollo de productos, ellos también se benefician de trabajar en un espacio común de desarrollo de nuevos productos y servicios. La idea es, justamente, permitir que la propuesta de valor reciba la contribución de la mayoría de los miembros de una organización (sobre todo de quienes muestren un perfil “entrepreneur”).
Una empresa que pretenda aprovechar esta oportunidad puede empezar por incorporar cambios graduales, manteniendo su estructura y su cultura organizacional, y potenciando su capacidad de aprendizaje por la vía de la experimentación, con un programa de mejoramiento de sus productos y servicios.
A continuación, les presentamos, para su consideración, tres recomendaciones que facilitan la incorporación de un programa de emprendimiento empresarial o “intrapreneurship”:
1- Introducir, en el ejercicio de planificación estratégica del negocio, un componente “bottom-up”, además del tradicional enfoque “top-down”
La innovación y la creatividad no son un patrimonio de la alta gerencia. Las redes sociales y la WEB le permiten al resto de la organización conocer: la oferta de la competencia, las tendencias más disruptivas del mercado, los problemas y necesidades de comunidades, todo lo cual representa una oportunidad potencial inmensa para una empresa, la cual se gestiona en un programa de “experimentación” corporativo, o, de “intrapreneurship”: la capacidad de emprender dentro del seno de una organización.
El ejercicio de un enfoque más democrático de participación en el plan estratégico de negocio de la empresa, permite incorporar ideas desde la base de la organización. Sin embargo, es necesario motivar al personal para que participe en este tipo de iniciativas: la retroalimentación juega un papel clave en este sentido. Cualquier programa que solicite a los empleados sugerencias o ideas potencialmente innovadoras tiene que comunicar a los participantes el resultado final del ejercicio. Por diseño, una empresa tiene que enfocar su capital financiero y humano en el desarrollo de un número finito de productos y servicios: es posible, sin embargo; explicar de manera clara y transparente el por qué se seleccionaron las ideas “ganadoras” para su posterior desarrollo.
2- Aprender a gestionar el error y el fracaso.
Uno de los “secretos” de un programa de experimentación con ideas de negocio es provocar que las ideas con potencial limitado fallen temprano. La esencia de la mejora en productividad, resultante del programa, consiste en acelerar el lanzamiento de productos y servicios innovadores en ciclos de desarrollo cada vez más cortos, con lo cual, se renueva el portafolio de productos y servicios de la empresa.
Los directivos de una organización que promueve la innovación deben comprender que “fallar” es intrínseco al concepto de “Intraprenership”: y que gracias a ello, podemos aprender y crecer. Por lo tanto, no se puede medir el comportamiento esperado de los participantes sólo en base a los éxitos alcanzados. La curva de aprendizaje del programa de mejoramiento nos hace más capaces de emprender con éxito, pero cada quien aprende a una tasa de crecimiento diferente. El “entrepreneur” corporativo aprecia el reto de emprender que implica aprender a vivir en un ambiente incierto, cosa que genera stress negativo en mucha gente
3- Apoyar a los empleados con carácter emprendedor con un equipo multifuncional
Una vez que una idea de negocio ha sido seleccionada para un programa de experimentación o aceleración, en un ambiente dedicado para este propósito, es necesario que la empresa asuma su rol de dueño de la iniciativa y le asigne capital financiero y humano para su desarrollo.
El programa puede –y debe- ser diseñado en etapas:
1. La hipótesis de valor desde tres componentes:
El problema que resuelve o la necesidad que satisface
La solución que aporta
El cliente objetivo
2. La validación de la propuesta de valor en el eje: Producto-Mercado
3. Un plan “GotoMarket” para el lanzamiento del producto o servicio, ya validado con clientes y usuarios potenciales.
En cualquiera de las etapas mencionadas arriba, la propuesta de valor puede fallar: en cada una de ellas se incluyen métricas cualitativas y cuantitativas que facilitan la evaluación del progreso alcanzado y la decisión sobre si perseverar o pivotar a una solución alterna.
Las recomendaciones propuestas representan una opción para iniciar un programa de “intrapreneurship” de manera gradual: lo cual permite probar los beneficios potenciales del programa, con un riesgo mínimo a la imagen y la credibilidad de la empresa.
Sobre el autor, Jose Rafael Paz
35 años de experiencia en el sector energético, químico y petroquímico. Comprometido con iniciativas de emprendimiento e innovación en América Latina. Mentor y coach de emprendimiento empresarial y social en Venezuela. Consultor en intrapreneurship, incubación y aceleración de startups.