Tipos de empresas más comunes, ¿cuál me conviene para mi negocio?

¿Sabías que existen distintos tipos de empresas que se clasifican según unos criterios muy específicos para que el estado pueda regular sus actividades con mayor efectividad? El capital que se manipula en cada subcategoría también es diferente y la estructura interna de gestión de recursos, productividad, responsabilidad jurídica y operatividad son muy variadas.

Estas diferenciaciones están para que tú como persona física o jurídica puedas acceder a la sociedad mercantil más apropiada, siempre basándote en las formas de tus propias necesidades prácticas y económicas.

De modo que en esta publicación te explicamos lo que hay detrás de los distintos tipos de empresas, así como también te exponemos los beneficios presentes en una asesoría para la creación de empresas.

¿Por qué existen distintos tipos de empresas?

La facturación, el patrimonio, las obligaciones contractuales y las aportaciones tributarias son aspectos que no se presentan bajo los mismos parámetros en todos los tipos de empresas contempladas en las leyes vigentes.

Esto ocurre por el simple hecho de que las ventas o el sentido de propiedad sobre una actividad comercial no pueden funcionar de la misma forma para una empresa con dos o tres trabajadores, que para una trasnacional que tiene una plantilla laboral de miles de empleados.

Por lo tanto, el estado crea un sistema de clasificación que te permite a ti registrar una empresa en función de tus propias capacidades y aspiraciones.

Logrando así que el marco de acción de cada código de comercio esté pensado con base en el panorama práctico y real de ese tipo de instituciones con fines de lucro.

¿Cómo se clasifican los distintos tipos de empresas en España?

Por otra parte, la clasificación de una empresa puede darse de distintas formas, ya sea por el patrimonio neto de las inversiones en el proyecto, por su organización operativa o por el tipo de titularidad jurídica bajo la que se registró inicialmente.

Los riesgos financieros de cada alternativa están muy condicionados a la categoría a la que pertenecen. Por ello es importante que te familiarices con la separación que se da en su funcionamiento, para que entiendas el papel que jugarías como su titular legal.

1. Según el sector económico al que pertenecen

Las clasificaciones de los tipos de empresas según el sector económico al que pertenecen tiene que ver con el ejercicio comercial o industrial que se realiza como meta lucrativa en ese negocio.

Por ejemplo, están las empresas del sector primario que se encargan de sustraer o cultivar las materias primas creadas por la naturaleza, mientras que también están las del sector secundario para asumir el procesamiento de esos recursos naturales en bienes de consumo.

Un servicio creado por la administración pública o por el sector privado para satisfacer unas necesidades del consumidor pertenece al sector terciario.

Ya el sector cuaternario suele representar a los servicios enfocados en la satisfacción de las necesidades que se desarrollan en nichos empresariales o en algún grado del sector educativo o tecnológico.

2. Por su tamaño

La constitución del tipo de empresa también viene condicionada según el tamaño de su capacidad productiva u operacional.

Escalan desde microempresas con menos de 10 empleados y con un volumen de ganancias moderado, a grandes empresas con una rentabilidad superior a los 10 millones de euros y un grupo de trabajadores que superan la impresionante cifra de 25o colaboradores.

En el medio están las pequeñas y las medianas empresas, también conocidas como Pymes en el mundo empresarial.

3. Por la procedencia del capital financiero

Se trata de la clasificación de empresas de acuerdo a la financiación de la actividad comercial que se lleva a cabo. Tu única elección puede de ser la de un capital privado, es decir, del bolsillo de un particular.

También están las de empresas de financiamiento público, es decir, con dinero de las arcas del estado. Estas suelen estar enfocadas en la retribución de este capital para las responsabilidades administrativas.

Las empresas mixtas combinan un capital proveniente de personas particulares o fuentes privadas con recursos del estado. Lo más frecuente es que este escenario se dé cuando esos sectores no pueden lograr un financiamiento total por parte de la inversión pública.

4. Por la forma jurídica de la empresa

Una empresa tiene una identidad legal ante el estado, como te comentábamos al principio de esta publicación.

A su vez, la categoría en la que clasifica cada una de ellas tiene que ver con temas como la cantidad de socios o accionistas, el grado de responsabilidad social que se asume como parte de la plataforma y los tipos de servicios que allí se ofrecerán al consumidor.

Ejemplos de tipos de empresas más comunes según la forma jurídica

Conocer los tipos de empresas según la forma jurídica que representan es algo aún más importante. Pues esta es la información que te permite constituir tu empresa, ajustándote a tus propias necesidades, sin desperdiciar capital social, datos y recursos financieros en el proceso:

  • Empresas de personas físicas: son aquellos proyectos que están constituidos por un único empresario, también conocido como autónomo, sobre el cual recaen cada responsabilidad financiera y legal dentro de la organización administrativa.
  • Sociedades o asociaciones civiles: se trata de las sociedades empresariales que se crean con una responsabilidad compartida entre varios socios. De modo que los beneficios de rentabilidad, los gastos y las deudas se comparten entre todos los socios.
  • Cooperativas: consiste de una actividad comercial que está creada exclusivamente para solventar las necesidades socioeconómicas de quienes ejerce su propiedad. Se trata de una sociedad limitada en el sentido de que existe cierta responsabilidad financiera, pero no se ponen en riesgo los recursos del patrimonio de los socios inversores en caso de quiebra.
  • Sociedades comanditarias: las sociedades comanditarias se componen de una combinación de dos socios distintos, los colectivos y los comanditarios. Los primeros socios mantienen una responsabilidad ilimitada, mientras que los segundos gozan de una responsabilidad limitada al capital aportado.
  • Sociedad limitada al capital aportado: básicamente son una versión mejorada de las sociedades comanditarias, pues todos los socios disfrutan de una responsabilidad limitada que se condiciona por el nivel de aporte financiero.
  • Sociedad anónima: una sociedad anónima es aquella en la que el empresario no se ve en la obligación de asumir las mismas responsabilidades que el resto de los socios. De hecho, el mismo decide su grado de participación a través de la compraventa de acciones o el pago de deudas colectivas.

¿Cuáles son los criterios que debes de tomar en cuenta al elegir el tipo de empresa que deseas constituir?

A su vez, está el tema de que tú como empresario necesitas reflexionar sobre cómo deseas utilizar tu capital y la información conceptual de tu proyecto para constituir uno de estos tipos de empresas. Siempre tomando como referencia las características de su forma jurídica.

De manera que los siguientes puntos son algunas de las claves que debes de asimilar como punto de partida al momento de plantearte el tipo de empresa que tienes ideada para tu futuro comercial:

1. La actividad comercial que ejecutarás

Datos como el producto que venderás, la modalidad de distribución y el tipo de consumidor son aspectos claves para la buena utilización de tus recursos al momento de analizar cuál de los tipos de empresas es la más conveniente para tu situación financiera.

2. El grado de responsabilidad que deseas asumir

Una sociedad de responsabilidad limitada puede ser una alternativa viable si buscas una participación de capital bajo tus propios términos. Pero ten en cuenta que hay ocasiones en las que se requiere de un capital de inversión mínimo para registrar una compañía con estas características.

3. La cantidad de socios del proyecto

El número de socios es otro factor decisivo que puede indicarte la viabilidad de ciertos tipos de empresas con respecto a otras. Las empresas que pertenecen a distintas categorías de una forma jurídica pueden tener cifras mínimas y máximas cuando se trata del número de socios legales.

4. El estilo de tributación que tendrás

Todos los tipos de empresas tributan con un régimen distinto ante hacienda. Tómalo en consideración si este es un tema muy importante en el equilibrio financiero de tu proyecto.

5. La cantidad de dinero que pretendes gastar en el proceso

Los distintos tipos de empresas asimiladas dentro del catálogo de formas jurídicas pueden resultar más o menos costosas de constituirse ante los organismos regulares del estado. Procesar estos datos es igual de fundamental que determinar el número de socios que eventualmente aparecerán como propietarios o responsables legales del trámite final.

¿Vale la pena conseguir un asesoramiento personalizado para decidir el tipo de empresa que formaras?

Sin lugar a dudas, conseguir un asesoramiento personalizado para acelerar y concretar este proceso de la constitución de una empresa es algo muy valioso. Sobre todo si se toma en cuenta que decidir el tipo de empresa por sí mismo es confuso cuando se está dedicando un montón de tiempo a otros aspectos prácticos y operativos del comercio como tal.

Darle un número preciso al monto que gastarás en este período de registro también es algo que puede facilitar tu tranquilidad para la toma de decisiones. Por esta razón, la existencia de expertos como la asesoría online Sapientia puede ayudarte a empezar con éxito tu empresa.

Te invitamos a contactarlos si deseas una explicación más profunda y adecuada a tus propias inquietudes con respecto todo lo que tiene que ver con el registro y tributo de los distintos tipos de empresas ante los entes gubernamentales de España.