Seguro de responsabilidad civil sanitaria, una garantía de protección para los profesionales de la sanidad
La ley 44/2003, de 21 de noviembre, de ordenación de las profesiones sanitarias, obliga a los profesionales que prestan asistencia o servicios sanitarios a tener suscrito y vigente un seguro de responsabilidad civil.

Esto implica que cualquier médico y, por extensión, trabajadores sanitarios que se empleen en la sanidad privada o combinen este empeño con la sanidad pública, deben acogerse a una póliza profesional de este tipo, sea cual sea su especialidad.
Esta obligatoriedad excluye a los profesionales de la sanidad pública, a los que ejerzan sus labores únicamente en esta parcela, pues en esos casos son los hospitales y los centros de salud los que tienen sus propios seguros médicos. Ante la coyuntura de provocar un daño eventual a los pacientes o a terceras personas, son estos seguros los que cumplen con la responsabilidad civil derivada de la plantilla.
En cualquier caso, interesarse por un seguro responsabilidad civil médicos es altamente recomendable porque los profesionales de la sanidad pública no siempre conocen con detalle cuáles son las coberturas ni los capitales contratados por la Administración.
¿Qué supone contratar un seguro de responsabilidad civil sanitaria?
Con uno de estos seguros de responsabilidad civil médica con carácter individual, el profesional sanitario acelera los trámites y las gestiones ante cualquier reclamación por parte de pacientes o terceros.
Al final, el bien con el que trabajan los profesionales sanitarios es la salud de sus pacientes, de modo que toda situación que genere un prejuicio en su estado físico o mental va a tener una alta probabilidad de convertirse en una reclamación. Y esto sucede incluso cuando el trabajo del médico ha sido el pertinente en función del estado de salud del paciente.
Los expertos en esta materia aseguradora coinciden en que los profesionales sanitarios deben asesorarse y conocer todas las soluciones a las que podría acceder si, por alguna negligencia, desatan alguna consecuencia negativa a un paciente.
En esas situaciones los riesgos son muy claros, pero también muy variados. Dependiendo de la gravedad del caso pueden consistir en el pago de indemnizaciones muy cuantiosas, fianzas judiciales, el pago de la defensa jurídica y hasta la inhabilitación profesional. La última casuística supondría para el profesional la pérdida total de ingresos.
¿Qué cubren los seguros de este tipo?
Las malas praxis por parte de los profesionales médicos suelen tener respuesta por parte de los pacientes y sus familiares en forma de litigio contra la Administración. Sin embargo, cuando es un médico el que está involucrado en esta supuesta negligencia, es él mismo el que tiene que hacer un informe de lo acontecido para que la propia Administración lo incluya como parte de la defensa.
Ese es uno de los riesgos que asume el facultativo y que le debe invitar a contratar un seguro responsabilidad civil para el profesional sanitario. Al no tratarse de un especialista en Derecho, la propia redacción de este informe puede contener errores. En algunos episodios se ha dado el caso de que resulten inculpatorios para el profesional.
Todo esto nos ayuda a definir una de esas coberturas en los seguros, la colaboración en la redacción del informe. Más allá de esta, que es simple asesoramiento, cabe reseñar la defensa jurídica, que se activa cuando el médico recibe alguna reclamación legal o denuncia. El orden de actuación es, primero asesoramiento y, posteriormente, defensa activa.
La principal vía de defensa en estas herramientas aseguradoras es la responsabilidad civil profesional, con la cual se establecen límites por siniestro o daños contra terceros. A su vez, tampoco hay que dejar de lado la responsabilidad locativa, que es la que se activa para proteger al profesional y al centro médico, cubriendo daños físicos o materiales de una persona durante su estancia en consulta o el centro médico.
Por otra parte, no hay que olvidar las coberturas de daños estéticos, que ayudan a cubrir reclamaciones por haber causado daños de este tipo a los pacientes. Son muy habituales en medicina estética, odontología y belleza.
Finalmente, están los casos en los que hay que restituir la defensa al honor del facultativo, que se implementa cuando el profesional recibe daños injustificados a su imagen. La profesionalidad del doctor se puede ver afectada por denuncias injustificadas o directamente falsas.
¿Qué precio tienen los seguros de responsabilidad civil médica?
Una herramienta de protección de este tipo parte de una tarifa básica de 300 euros, aunque va a depender de la aseguradora y las coberturas incluidas. A su vez, el precio también varía en función de la actividad sanitaria y los riesgos que esto supone.
Un enfermero o un médico de familia se exponen a situaciones que pueden ser menos graves que un cirujano, o que un especialista en medicina estética. Igualmente, el límite que se establece en las coberturas asignadas al seguro también dicta cuál será la tarifa final a pagar.