La oportunidad de emprender para una empresa en marcha
Las empresas son, al final de cuentas, personas jurídicas con las mismas capacidades de quienes las dirigen, y los mismos temores. Hoy les resumo mis experiencias en el mundo del emprendimiento con la intención de invitarlos a considerar que: emprender -para una empresa en marcha- representa una oportunidad, más que una amenaza.
Durante 30 años hice carrera en el sector energético en Venezuela: como ingeniero químico ocupé muchas de las posiciones de desarrollo profesional en lo que se conoce, en la industria petrolera, como el sector aguas abajo de Oil & Gas: Refinación, Petroquímica, sus derivados y los negocios asociados. Después de mi retiro, me he dedicado a actividades conexas: y desde hace unos diez años he estado involucrado, con cada vez mayor énfasis, en el sector de Pymes y el naciente y fascinante ecosistema de emprendimiento, social y empresarial, en Venezuela.
La transición no ha sido fácil, la industria petrolera venezolana heredó, de las transnacionales, una cultura empresarial muy ortodoxa, vertical y con vocación de monopolio. El mundo del emprendimiento, por el contrario, se desenvuelve en un ambiente muy informal, horizontal y de colaboración mutua. Y Uds. se preguntarán: ¿Dónde están las sinergias entre estas experiencias? Y es justamente lo que espero compartir con quienes, hoy, tienen la responsabilidad de dirigir empresas, sin haber considerado aún, un programa de emprendimiento en el seno de sus organizaciones.
A continuación paso a describir las oportunidades de emprender, para una empresa, en cuatro aspectos fundamentales de su gestión:
Tabla de contenidos
1- Capital humano.
Espero que me permitan dar por descontada la siguiente premisa: los jóvenes profesionales de hoy prefieren las empresas que promueven el carácter “entrepreneur” de sus empleados. Esta verdad representa una de los mayores temores entre los gerentes y directores establecidos: quiénes ocupan las posiciones de mando en sus empresas después de largos años de carrera profesional.
Mi experiencia en el mundo de emprendimiento me permite augurar -a quienes promuevan estos programas en sus empresas- un desenlace mucho más positivo: los jóvenes profesionales, con carácter emprendedor, no cuestionan ni la experiencia ni los estilos gerenciales de las generaciones de profesionales que les han precedido. Lo que si tienen que entender los dirigentes de hoy es que, contrario a la cultura en que fuimos desarrollados, el respeto, la consideración y el reconocimiento, por parte de las nuevas generaciones viene dado en proporción al valor agregado a las iniciativas, y no al status gerencial o de autoridad formal en la empresa.
2- Innovación.
Aun cuando es difícil establecer una verdad en materia de innovación, me gustaría dejarles mis impresiones sobre el efecto de promover el emprendimiento empresarial en un activo tan importante para el éxito sostenido de una empresa, como es la innovación.
El componente individual más importante en un programa de apoyo al emprendimiento consiste en la promoción de experiencias y la inclusión de métricas que faciliten la toma de decisiones, con base en resultados cualitativos y cuantitativos obtenidos en el mercado objetivo. Esto es válido tanto, en el lanzamiento de nuevos productos, como en las mejoras introducidas -en la misma organización- para mejorar la productividad de los procesos internos en la empresa: las organizaciones aprenden a apreciar que toda iniciativa va dirigida a clientes y que éstos, dentro y fuera de la empresa, tienen que ser conocidos, entendidos y escuchados, antes de lanzar un nuevo producto o servicio.
La atmósfera de trabajo que se respira en los espacios que promueven el emprendimiento se hace más tolerante al riesgo: aceptar el error es consustancial con el concepto de emprender y ésta, es una condición necesaria, aun cuando no suficiente, para una empresa que quiere crecer en base a productos y servicios innovadores.
3- Resultados financieros
Es difícil justificar cualquier iniciativa corporativa, sin hablar de su impacto en los resultados financieros de la empresa. La manera más fácil de visualizar el beneficio económico de un programa de emprendimiento, en el seno de una empresa en marcha, consiste en reconocer, como objetivo principal, el lanzamiento de nuevos productos y servicios en ciclos de desarrollo cada vez más cortos: y esto sí tiene un impacto directo y cuantificable en la productividad de la empresa.
Cada iniciativa pasa por un proceso de aceleración. La primera etapa sirve para reforzar la hipótesis de valor de la propuesta y a partir de allí, comienza una segunda fase de validación del nuevo producto o servicio. Es un enfoque que permite mejorar la propuesta de valor, con base en la tracción alcanzada con clientes y usuarios potenciales, antes de preparar el plan de lanzamiento del producto final.
Todo este esfuerzo se traduce en descartar las propuestas no aptas, en una etapa temprana y pivotar a un producto alterno, incorporando las lecciones aprendidas durante las fases de reforzamiento de la hipótesis de valor y de validación con clientes y usuarios potenciales. La incorporación de un enfoque de desarrollo centrado en el cliente potencia el enfoque tradicional de desarrollo de nuevos productos y servicios y permite acelerar el lanzamiento exitoso de productos innovadores.
4- Imagen corporativa
El crecimiento acelerado de las redes sociales ha democratizado el ambiente competitivo y permitido a empresas pequeñas alcanzar niveles de audiencia cada vez más significativos, sin necesidad de disponer de los cuantiosos presupuestos requeridos para promocionar sus productos en los canales tradicionales de prensa, radio y TV.
El nuevo mundo del “inbound marketing” esta hecho a la medida del estilo gerencial introducido por las nuevas generaciones de profesionales, quienes se adaptan mucho mejor a espacios abiertos en donde se comparten experiencias en un ambiente de trabajo participativo y de estrecha colaboración departamental. Esta tendencia favorece la generación de contenido por todo el personal de la empresa, a diferencia del enfoque tradicional que se basa sólo en campañas de promoción y publicidad generados en los departamentos de marketing y de RRPP.
La gestión resultante de los programas de emprendimiento no reemplaza el rol de los profesionales responsables de promover la imagen corporativa, sino que la potencia: al poner a disposición de la empresa contenido más representativo y apto para para reforzar una imagen corporativa en mayor consonancia con el reto comunicacional y de responsabilidad social exigido por clientes y usuarios cada vez más exigentes.
Hemos identificado sólo cuatro de las áreas clave, de una empresa moderna y competitiva, susceptibles de beneficiarse de un programa de emprendimiento corporativo o “intrapreneurship”. Creo que el riesgo y el costo asociado con su introducción es mínimo en comparación con los beneficios potenciales aquí descritos: sobre todo si se ejecuta como un programa piloto, identificando propuestas de valor, dentro del seno de la empresa, alineado con sus objetivos de negocio estratégico.
Sobre el autor, Jose Rafael Paz
35 años de experiencia en el sector energético, químico y petroquímico. Comprometido con iniciativas de emprendimiento e innovación en América Latina. Mentor y coach de emprendimiento empresarial y social en Venezuela. Consultor en intrapreneurship, incubación y aceleración de startups.