¿Cómo emprender un negocio sin riesgos?
Estoy segura que estarás pensando que esta pregunta es retórica o su respuesta suena a “imposible”. Bueno, en principio podría ser un poco así porque realmente nada en la vida es seguro. Pero lo que trato de contarte en esta ocasión es de qué manera puedes emprender tu negocio minimizando los riesgos y los problemas que seguramente sucederán si no estás preparado y así poder lograr tu sueño de convertirte en un profesional independiente o un emprendedor exitoso sin padecer el proceso.

¿Preparado? De eso se trata justamente. Aquí te dejo 7 consejos para que te preparares antes de emprender:
Tabla de contenidos
Consejo 1: Organízate
Este es el primer consejo y no es casualidad. Si no tienes bien esquematizado qué es lo que tienes que hacer, cuándo, cómo lo harás, cuándo lo medirás y qué conclusiones has sacado al respecto, no puedes manejar un negocio. Al menos esa es mi visión. Esta habilidad es imprescindible. Es la diferencia entre el éxito y el fracaso. Pero tranquilo, es 100% adquirible. Es cuestión de método y constancia. Especialmente si estás en la primera fase de tu negocio donde tienes TODO por hacer, y ni hablar si aún tienes un empleo que atender, la forma en la que inviertes tus horas puede hacer la diferencia entre “logré lanzar mi negocio con mucho esfuerzo” y “tengo un hobby pero no tengo mucho tiempo para dedicarle”. ¿Quieres un negocio o quieres un hobby? Si quieres un negocio, sigue estas 4 claves y te ayudarán a organizarte:
- Anota todo. Haz una lista de todo lo que tienes que hacer. No dejes papeles con pequeñas anotaciones por toda tu casa u oficina y no intentes recordar las cosas que debes hacer o los compromisos que atender. Anótalos.
- Ten un único repositorio de información. ¿Tienes una agenda física? Úsala. Tienes una agenda electrónica? Ok. Tienes un cuaderno de notas y pendientes? Muy bien. ¿Tienes los tres? Elige uno! Anota todo, compromisos, tareas y pendientes, en un solo lugar.
- Distribuye las tareas. Esto significa elegir cuándo harás cada cosa. Los compromisos están marcados con fecha y hora, pero tus pendientes no. Planifica cuándo harás cada pendiente, y si no tienes idea cuándo… justamente… planifícalo. Cuando llegue esa fecha, lo harás. No lo dejarás para después. Por supuesto para armar la planificación considera cuánto tiempo tienes disponible y qué otras cosas tienes para hacer. ¡Y no olvides las fechas de vencimiento de ciertas tareas!
- Evalúa y corrige. Termina la semana revisando qué tenías planificado y qué has hecho efectivamente. No hiciste ni la mitad de las cosas que tenías planificadas? Tal vez fuiste muy exigente, y te convenga ser más realista. Planifica tu nueva semana considerando lo que has aprendido en la anterior.
Consejo 2: Prueba tu producto/servicio
Seguro te pasa que quieres emprender, tienes una idea de negocio pero te preguntas: ¿será interesante para mi mercado? ¿La comprarán? Claro que hay factores como el nicho de mercado bien definido, la diferenciación y la especialización y más que te ayudan a minimizar los riesgos y definir mejor tu producto. Pero nada es seguro. ¿Qué tal si lo pruebas primero?
Lo mejor que puedes hacer es construir un prototipo. ¿Qué es esto? Un producto preliminar. Atención que también puedes hacerlo con servicios. Se trata de un producto/servicio que no requiera de mucha inversión y que puedas probar entre tu mercado (con una gran oferta, como un regalo, en fin, con la idea de penetración de mercado que se te ocurra) y descubrir si vas por el buen camino o tendrás que hacerle más ajustes.
De ninguna manera esto significa que sea de baja calidad, eso será tu sentencia final. Pero si diseñas un producto o servicio pequeño, sin muchos accesorios y lo testeas en el mercado elegido, sabrás si tiene potencial y ahí podrás invertir para mejorarlo.
¿No se te ocurre cómo hacerlo con un servicio? Por ejemplo, si vendes servicios de asesoramiento de cualquier tipo, invita a tu público ideal a una charla gratuita o una clase especial de 2 horas sobre el tema que asesoras. ¿Te costó conseguir participantes? ¿Han quedado interesados en la temática de lo que ofreces? Hacer esta charla de 2 horas no te llevará mucho tiempo y podrás tener una muy buena prueba de si el servicio que intentas dar puede funcionar o debes hacer algún ajuste. No descartes tu idea a la primera. Siempre tienes tiempo de evaluar, corregir y relanzar.
Consejo 3: Pruébate como emprendedor
Muchas personas dicen “mi sueño es no tener jefe”. Pero si no tienes jefe, tú eres tu propio jefe, ¿sabes lo que significa? Claro, puedes tomar las decisiones que quieras y no rendirle cuentas a nadie. Puedes ponerle precio a tu propio trabajo y definir las estrategias. Puedes organizar el tiempo como quieras y elegir si te levantas y te pones a trabajar, o te quedas en la cama viendo la televisión.
Pero llevar adelante un negocio requiere organización, constancia, estrategias claras, evaluación constante, decisiones en el momento justo. Y tú estás a cargo de todas ellas. ¿Qué harás si las estrategias que has considerado no funcionan? ¿Cómo conseguirás más clientes que paguen el precio que esperas? ¿Qué harás cuando se terminen las ideas que hoy tienes? Todo esto dependerá de ti. Y puedes hacerlo, te lo aseguro. La cuestión es si quieres hacerlo…
Algunas personas prueban y se dan cuenta que no tienen “madera” para ser su propio jefe. Prefieren ir a trabajar todos los días al mismo lugar, que alguien más los organice o les diga lo que tienen que hacer, un salario fijo a fin de mes, no sentir responsabilidad alguna por los clientes de la empresa o los empleados de la misma (sin ingresos, vas a la quiebra y debes desvincular a tus empleados) y cortar al final de la jornada olvidándose por completo del trabajo (algo que los emprendedores cuando inician no conocen es cuándo se termina su jornada… es natural, están lanzando su negocio y trabajan, trabajan y trabajan).
Puede ser o no tu caso, pero prepárate para descubrirlo y actuar en consecuencia. Si tienes la posibilidad de tomar una licencia o probar de alguna manera tu emprendimiento antes de lanzarte al agua definitivamente, te lo recomiendo.
Consejo 4: Organiza tus finanzas
Me encantaría poder enfatizar este punto no sólo para tu negocio propio sino para tu vida. Tener una detallada y siempre actualizada Planificación Financiera de tu hogar y de tu negocio, es lo que hace la diferencia entre tener o no tener.
Con esta planificación financiera detallada estarás más consciente de tus ingresos, de tus necesidades y gastos. Sabrás exactamente cuánto pagas en intereses de descubiertos, o tarjetas de crédito o de préstamos que podrías cancelar (si te conviene) y hasta sabrás si tienes excedentes que podrías estar reinvirtiendo en tu negocio o en algunos de los instrumentos financieros que existen en el mercado.
Pero sobre todo cuando decidas lanzarte y dejar tu empleo, debes saber que tienes que preparar un fondo de ahorro para todas tus necesidades que vaya de un mínimo de 6 meses a un año para poder mantenerte. Y también debes recordar que para hacer crecer un negocio debes invertir, con lo cual también debes tener en cuenta esa cantidad.
Consejo 5: Invierte, pero con inteligencia
Cuando comienzas un negocio, intenta no tener gastos fijos. ¿Qué es esto? Un alquiler de una oficina o un empleado fijo, un vehículos de renting, por ejemplo.
Es fácil decir que debes delegar y así darle a otros a que hagan lo que a ti no te sale bien o no te gusta. Pero, si recién estás comenzando, ¿a quién delegarás? Contratar un empleado a quien delegar en la etapa inicial de un negocio es un riesgo demasiado alto.
Si recién estás pudiendo generar unos ingresos que cubran tus gastos, ¿cómo vas a hacer para pagarle también su salario? ¿Y su seguridad social y demás impuestos o cargas sociales? Delegar, sí. Pero subcontratando. Hay muchísimas personas que trabajan “por proyecto” o “por trabajo” y esto es lo que se conoce como “freelancers”. Los contratas por un trabajo específico, les pagas por ese trabajo específico. No tienes un compromiso ni una continuidad. Se trata de un proveedor de servicios. Pruébalo. En internet encontrarás muchísimas opciones.
Otro gasto fijo que debes evitar al inicio es una oficina propia. Puedes trabajar en tu casa o compartir la oficina con un colega. O puedes alquilar una oficina temporal o por horas/módulos. Hay cientos de ideas que puedes explorar para encontrar maneras novedosas de hacer las cosas, gastando lo justo y necesario.
Consejo 6: Estabiliza tu negocio antes de dejar tu empleo
Uno de los mayores riesgos a los que se enfrenta un emprendedor es a no tener ingresos para pagar sus gastos. No estamos hablando sólo de los gastos del negocio (porque ahora sabes que puedes minimizarlos) sino tus gastos personales, lo que sería tu “salario”.
Esto es muy habitual, ningún negocio nace con todo resuelto ni tampoco te harás rico de la noche a la mañana. Así que prepárate. Lo bueno de mantener tu empleo es que te permite no preocuparte por el dinero (porque tienes una paga cada mes) y esto también te ayuda a poder inyectarle inversiones a tu negocio cuando lo necesites.
La parte negativa es que, al menos hasta la última vez que revisé, el día tiene sólo 24 horas. Lo mejor es que puedas utilizar el consejo número 1 y te organices para lanzar tu negocio y estabilizarlo antes de dejar tu empleo. Esto puede llevar meses o algunos años. La decisión siempre es tuya. Tal vez no hace falta que tu negocio te esté dando los mismos ingresos que tenías en tu empleo, sino que te esté dando el mínimo nivel de gastos que debes afrontar y un poco más para imprevistos. Eso significa estabilizarlo. Que ya sabes cuánto puedes ganar por mes aproximadamente con este “nivel” en el que se encuentra tu negocio y qué esfuerzo te demanda. Cuando dejes tu empleo o reduzcas las horas en las que estás empleado para otros, tendrás más tiempo para dedicarle a tu negocio lo cual representa una nueva inversión en él, y te permitirá también alcanzar un nuevo “nivel”.
Si ya no tienes empleo o si no puedes hacer ambas cosas a la vez, puedes conseguirte un empleo de medio tiempo o también llamados “bridge jobs = empleos puente”. Esto te permitirá tener el tiempo para dedicarte a tu negocio, que funcione y hacerlo crecer, a la vez que te despreocupas y no estás pendiente de la inestabilidad de ingresos que tendrás al principio.
Consejo 7: Prepárate para fracasar alguna vez
¡Uff! ya me estoy imaginando lo que estás pensando. Cuando hablo de “fracasar” quiero decir que muy probablemente no todo te salga a la primera.
La preparación que quiero que consideres en este caso es mental y emocional. Que una estrategia no funcione, que un cliente, o una docena de clientes no te compren, que un resultado no sea como lo esperas, no significa nada. O mejor dicho, significa que por ese camino no llegas a tu meta, y tienes que hacer una pequeña desviación. Nadie dice que abandones el camino, tampoco que busques una tangente. Pero debes variar algo y volver a probar. Ese es mi consejo. Prepárate para fracasar una y otra vez, y luego levantarte, aprender de tu error y volver a intentar. La única forma de que el fracaso gane, es que no aprendas nada del error.
Estos consejos te ayudan a organizarte y a prepararte para la maravillosa aventura. Para nada es mi idea desestimar tus ganas de emprender o que renuncies a tu sueño. Pero no te imaginas yéndote a escalar la montaña sin el equipo necesario, ¿verdad? Todo es cuestión de preparación.
Espero que te hayan resultado útiles estos consejos. Me encantaría saber tu opinión que puedes dejar en los comentarios más abajo. ¿Cómo estás preparándote para emprender? ¿Estás considerando algún otro consejo que no se haya mencionado aquí? ¡Compártelo con nosotros!