Cómo desarrollar habilidades no técnicas para que tu negocio tenga éxito
Estudiar una carrera es importante, de eso no cabe la menor duda. Fundamental, diría yo. Se da prácticamente por sentado. Si no has cursado una carrera o tienes muchos años de experiencia a las espaldas limitas muchísimo tus posibilidades de tener éxito en un negocio por carecer del conocimiento necesario.

Por supuesto, tener una carrera no es suficiente si quieres destacar. Debes mantenerte actualizado y, a ser posible, realizar cursos de especialización de forma periódica, quizás incluso un máster.
Eres, por lo tanto, un profesional altamente cualificado con una buena idea. Por desgracia, como tantos y tantos profesionales altamente cualificados con buenas ideas con los que vas a competir en el mercado. Tu éxito no está ni mucho menos asegurado.
Tabla de contenidos
¿Qué son las Soft Skills?
Del mismo modo que existen varios tipos de inteligencia, existen varios tipos de habilidades. Todos tenemos en la cabeza el ejemplo del clásico erudito que es nefasto relacionándose con los demás o de esa persona extrovertida que cae bien a todo el mundo pero que es muy desorganizada.
Hace tiempo que me dí cuenta de que disponer de habilidades técnicas no es suficiente, que hacía falta algo más. Esas habilidades que todos sabemos que están ahí pero nunca queda muy claro qué son ni cómo se aprenden.
Estoy hablando de las Soft Skills o habilidades directivas, de las que probablemente hayáis empezado a oír hablar en los últimos años y que tendréis presentes si estáis leyendo estas líneas: la productividad personal, la capacidad de adaptarse al cambio o el liderazgo, tan de moda últimamente.
Todavía existe cierta confusión sobre qué es una soft skill, pero existe un consenso bastante amplio en definirlas como habilidades que no forman parte de la formación académica y que permiten efectuar tu trabajo de forma más efectiva en varios ámbitos:
- Habilidades de comunicación
- Habilidades de negociación
- Habilidades de análisis y gestión de negocio
- Habilidades de trabajo en equipo
- Habilidades directivas
¿Prefieres que un mando intermedio sea mejor técnicamente que tu o que tenga habilidades que de verdad le hagan ser un buen gestor? ¿Te gustaría tener un compañero de trabajo muy capaz pero con el que es imposible hablar?
Es por esto que cada vez son más las empresas que apuestan por contratar y promocionar a personas con mejores habilidades no técnicas, porque hacen más fuerte su negocio. Por eso nos hacen psicotécnicos en las entrevistas de trabajo.
¿Qué habilidades no técnicas debería desarrollar?
Dentro del amplio abanico de habilidades de este tipo que existen, desde mi punto de vista las más importantes son las habilidades que te permiten relacionarte con los demás de forma efectiva, ya sea como compañero o como cliente/proveedor. En los primeros puestos de mi ranking están las capacidades de comunicación, negociación y trabajo en equipo.
Si tenemos un perfil más directivo o de coordinación de equipos, sin duda debemos desarrollar nuestro liderazgo, nuestra capacidad para resolver conflictos y nuestra habilidad para motivar a los demás.
Si tenemos un negocio propio, siempre son útiles habilidades como el análisis financiero básico, la visión de negocio o la productividad personal.
¿Cómo adquiero una habilidad no técnica?
Como decía, el problema de estas habilidades es que normalmente no se enseñan dentro del ámbito académico ni se desarrollan en las empresas. Eres bueno relacionándote con los demás de forma innata o no, o eres bueno negociando o buena suerte. Tenemos que acudir a buscar esta formación fuera de los cauces habituales.
La primera forma de acercarnos a las soft skills es leyendo. Existen una gran variedad de libros que nos pueden ayudar a aprender las habilidades que necesitamos, muchos de ellos realmente famosos como el famoso Organízate con Eficacia de David Allen o Cómo Ganar Amigos e Influir Sobre las Personas de Dale Carnegie. Hace tiempo que este tipo de libros salieron de la sección de autoayuda y se popularizaron como una forma de desarrollo no solo personal, sino de negocio. Hoy en día encontraréis una gran variedad de libros relacionados con estas temáticas.
También se han popularizado los blogs sobre este tema, muchos escritos por verdaderos expertos en sus respectivos campos. Desde mi punto de vista es un punto de partida excelente para darnos cuenta de qué necesitamos y cómo podemos lograrlo antes de profundizar más en la materia.
La segunda forma sencilla de desarrollar estas habilidades es practicando por nuestra cuenta. Dejar de hacer lo de siempre, salir de la zona de confort y empezar a experimentar con formas nuevas de hacer las cosas. Puede ser algo tan sencillo com cambiar nuestra postura al hablar con otras personas, evitar decir “no” o “yo” cuando mantengamos una conversación… De todas formas, lo mejor es hacerlo después de tener determinadas nociones de lo que debemos cambiar. No está de más leerse un par de libros antes o post.
La tercera forma es mediante formación online. Tenemos a nuestra disposición un sin fín de recursos para aprender cualquier cosa que necesitemos sin salir de nuestra casa. Los cursos online que son solamente teóricos están bien, pero a mi nunca me gustaron demasiado y no le veo las ventajas con respecto a leer. Existe la interesante opción de recibir formación a través de un webinar o asistiendo a conferencias en streaming o incluso escuelas de negocios. También hay cursos online realmente buenos que mezclan teoría y práctica para desarrollar habilidades directivas y que me consta que dan muy buenos resultados, porque al final este tipo de destrezas necesitan ser entrenadas.
La cuarta es contratando los servicios de un consultor o asistiendo a un curso presencial. La ventaja de este tipo de formación es que es muy intensa y, si está bien planteada, es muy interactiva e inspiradora. la desventaja es que es de duración muy limitada. Siempre y cuando seamos capaces de mantener el impulso y no permitir que lo aprendido caiga en el olvido es un método muy recomendable, aunque deberemos complementarlo con práctica y lecturas.
¿Y por donde empiezo?
Sencillo: con voluntad sincera de mejorar. Tenemos que ser capaces de examinarnos a nosotros mismos y nuestra forma de trabajar para saber qué aspectos podrían funcionar mejor de lo que funcionan.
Cambiar la forma en la que siempre hemos hecho las cosas asusta, puede resultar incómodo y no siempre estaremos convencidos de que estuviéramos haciendo algo mal antes, pero es la única manera de convertirnos en mejores profesionales y, por qué no decirlo, en mejores personas.