Cambio de hábitos: de profesional dependiente a emprendedor independiente

En la universidad nos preparan y nos brindan conocimientos tanto si queremos dedicarnos a ser un profesional en la empresa de otros, como si queremos ser un emprendedor independiente. Pero a menudo no encontramos en estas instituciones la posibilidad de adquirir herramientas para el cambio de hábitos.

Pasar de ser un profesional en empresa ajena a ser un emprendedor independiente es un objetivo ambicioso y desafiante, y sumamente recomendable. Sin embargo, no es tarea fácil y el quiebre de paradigma es imprescindible que se haga en el momento de tomar la decisión y no sólo cuando se comienza con la nueva vida.

Estos son algunos de los consejos que, como ex empleada y ahora profesional independiente, le acerco a los lectores para poder transitar esta maravillosa “nueva” profesión con la mayor armonía y disfrute posible.

Consejo n°1 – Conviértete en un master en organización

El secreto es hacer una planificación de qué tareas son necesarias y organizarlas diariamente. Esto implica llevar una agenda muy detallada de grupos de tareas que deben realizarse en un bloque horario de un día en particular. ¿Por qué tanto detalle? Habitualmente un profesional trabajando dentro de una empresa recibe constantemente interrupciones y los pedidos de resolución, información, ayuda o lo que sea a lo que se dedique, muchas veces golpearán a su puerta, le llegarán vía email, por teléfono, etc.

Para un emprendedor que inicia su trabajo en su casa o en su oficina, las interrupciones pueden ser nocivas (porque no estarán relacionadas con el cumplimiento de sus objetivos) y también puede aparecer el síndrome de la pantalla en blanco. Esto es, levantarse, sentarse en la computadora y decir ¿y ahora qué hago? Para esto, nada mejor que tener cada día organizado de antemano cada actividad que deberá realizarse.

De esta forma, no será necesario “pensar” a cada momento qué es lo que hay que hacer, sino que este pensamiento estratégico se reserva para el momento del día o la semana donde se realiza la planificación y organización de tareas.

Consejo n°2 – Aprende a delegar con visión estratégica

Esto no significa delegar las tareas estratégicas sino todo lo contrario. Detectar cuales son aquellas tareas que no generan un valor agregado, que no pertenecen al “core” o corazón del negocio, las que no requieren una visión a largo plazo y una decisión importante, las que son meramente operativas y que, aunque necesarias, no es preciso que las realice la persona más importante de una empresa: su creador. De esta forma, un asistente (real o virtual), un colega asociado, un nuevo colaborador, pueden ser los vehículos a través de los cuales el emprendedor se dedica a la creación del negocio y las ideas que moverán la maquinaria.

También la tercerización u outsorcing son fuentes de gran ayuda. Conseguir que los especialistas hagan el trabajo para los cuales han sido entrenados: diseñadores, asesores contables o legales, etc. De esta forma, el profesional independiente también puede dedicarse a lo que mejor sabe hacer y para lo cual ha formado su nueva empresa.

¿Aún no estás en condiciones económicas de afrontar una contratación o subcontratación? Busca alternativas que no te generen costos adicionales. Por ejemplo ofrécele tus servicios a otro amigo que venda servicios que tú necesites, y donde ambos se beneficien.

Consejo n°3 – Posiciónate como experto

En la empresa, todos te conocían porque eras un profesional excepcional que llevaba años haciendo eso que tan bien haces. Pero ahora, encerrado en las cuatro paredes de tu despacho, nadie sabe lo bueno que eres. Debes darte a conocer. Debes posicionarte como experto. Encuentra actividades que te permitan salir (real o virtualmente) de tu oficina y ofrecerte como el profesional que eres en el mercado.

Estas son algunas estrategias online y offline que puedes utilizar: charlas gratuitas o pagas, eventos de networking, incluso capacitaciones o seminarios de otros donde puedas participar y allí se encuentre tu público objetivo y puedas hacer lazos y contactos. Investiga potenciales alianzas estratégicas, participa de las redes sociales para mostrar tu negocio y hacerte conocer. Escribe artículos en portales, anuncia online, escribe en un blog propio y en blogs de otros que te den la posibilidad.

Consejo n°4 – Sé  un miembro activo en las redes sociales

Estamos hablando de tu negocio y de las redes con mayor tráfico en internet que puedas imaginar. Elige 2 ó 3 redes para empezar y arma una estrategia para cada una. Identifica cuáles de ellas contienen a tu público objetivo e investiga cómo otros competidores se acercan a ellos. Colabora en grupos, envía tus noticas, invita nuevos miembros, intercambia opiniones y material con otros miembros que hagan lo mismo que tú o que pertenezcan a los mismos grupos de negocio. Posiciona tu presencia y ofrece valor.

Para armar la estrategia determina cuántas interacciones tendrás en el día, en qué horario, en qué red, qué tipo de interacción tendrás (enlace, promoción, artículo, frase, invitación, etc.). También debes tener estrategias diferentes según quieras tener contacto diario o menos frecuente (por ejemplo Facebook o Twitter pueden ser diarias y Linkedin te permite colaborar con grupos de forma más esporádica. Arma una estrategia para cada red.

Te comparto una de mis estrategias cuyo objetivo es elevar la presencia y posicionamiento de mi marca: una frase en menos de 140 caracteres a primera hora de la mañana, luego de 2-3 horas un link a un artículo escrito en mi blog o en otro blog, a media tarde un enlace a algún producto o promoción de mi negocio y después de un par de horas un enlace con el artículo de alguien más o lo que alguno de mis colegas haya publicado. Determina tu objetivo y encuentra la estrategia adecuada para tu perfil.

Consejo n°5 – Dale a tu negocio tu “toque personal”

Hay cientos de contadores, diseñadores, ingenieros, constructores, arquitectos  y todas las profesiones que se te ocurran (entre las cuales está la tuya y tu negocio) en tu ciudad y en el mercado online. Pero tu “toque personal” es lo que va a generar que tu servicio se diferencie de los demás. Aprende a conocerte y a identificar qué es lo que te hace especial y que te ayudará a marcar una diferencia de tus competidores.

Un consejo que me dio una de mis mentoras cuando quise armar un entrenamiento sobre un tema bastante común: investiga a la competencia. Mira sus cursos, identifica que tipo de acercamiento utiliza (formal, informal, con humor, con datos, con casos, etc.), qué contenido incluye, cómo lo expone, en qué métodos audiovisuales se apoya, qué público elige. Y dale tu toque personal para hacerlo diferente.

Consejo n°6 – No olvides el equilibrio personal-profesional

Cuando inicias un negocio nuevo tienes mucho por hacer: por un lado, tienes un entusiasmo supremo porque por fin estás poniéndole la energía a algo tuyo: tu propia empresa. También mucho por aprender y por hacer: tienes que crear tu empresa, conseguir clientes, armar tus productos, darte a conocer, aprender de ventas o de marketing o de administración que tal vez antes no manejabas. Y por otro lado tienes mucha ansiedad: tal vez todavía no estás generando ingresos o no son suficientes y estás impaciente. Lo más habitual es que trabajes muchas horas al comienzo, pero cuidado, porque si esto se hace un hábito, luego no sabrás cómo parar y tu negocio se convertirá en un victimario y a ti en un esclavo.

Es por esto que debes recordar cuáles son las razones poderosas por las cuales estás iniciando tu nuevo negocio y generar los hábitos necesarios para disfrutar de esas razones (aún cuando los resultados no están siendo aún los esperados). De esta forma recargarás tu energía, mantendrás tu motivación en un alto nivel y equilibrarás tu vida personal-profesional. Si buscas independencia, asegúrate de disfrutar de tomar tus propias decisiones y marcar el rumbo de tu negocio.

Si buscas mayor tiempo libre, encuentra la forma de hacerte esos huecos y disfrutarlos aún cuando tienes mucho más trabajo por hacer al inicio. Cuando me lancé como independiente tomé dos estrategias respecto a esto. La primera estaba relacionada con la flexibilidad horaria. Odiaba despertarme temprano pero no tenía ningún problema de estar escribiendo artículos o armando planes a las 2 de la mañana. Así que hacía uso de esa flexibilidad aún cuando trabajaba varias horas en el día. Era un placer que me ayudaba a disfrutar de mi negocio aún antes de conseguir los primeros ingresos.

Otra de las razones de peso para mí era hacer exactamente lo que me gustaba. Así que cuando tenía que hacer algo que por alguna razón me estaba bloqueando y dejaba de disfrutarlo, cambiaba de tarea de manera de cumplir con mi motivación de “hago lo que quiero y disfruto lo que hago”.

Recuerda cuáles son las razones poderosas que te incentivaron a lanzarte a crear tu propio negocio y encuentra la forma de tenerlas presente para motivarte constantemente y mantener tu energía aún cuando no te acompañen los resultados.